El lenguaje es una herramienta poderosa que da forma a nuestras percepciones e interacciones. En el contexto de la comunidad con discapacidades intelectuales y del desarrollo (I/DD), las palabras que elegimos pueden afectar significativamente la dignidad, la autoestima y el sentido de pertenencia de las personas. El lenguaje en primera persona, también conocido como lenguaje de primera persona, pone énfasis en el individuo antes que su discapacidad, subrayando la idea de que una persona no está definida por su discapacidad. Esta publicación de blog explora la importancia del lenguaje en primera persona en la comunidad I/DD y cómo fomenta el respeto y la inclusión.
Comprender el lenguaje en primera persona
El lenguaje en primera persona prioriza al individuo sobre su condición. En lugar de decir "una persona discapacitada", decimos "una persona con discapacidad". Este cambio sutil resalta primero a la persona, reconociendo su humanidad e individualidad antes que su discapacidad. Es una manera simple pero profunda de promover la dignidad y el respeto.
El impacto del lenguaje en la percepción
Las palabras que utilizamos pueden empoderar o marginar. El uso del lenguaje en primera persona transmite que el individuo es más que su discapacidad: tiene fortalezas, intereses y una personalidad única. Este enfoque desafía los estereotipos y las ideas erróneas, fomentando una sociedad más inclusiva y tolerante.
Por ejemplo, considere la diferencia entre decir "una persona autista" y "una persona con autismo". Este último enfatiza que el autismo es sólo un aspecto de quiénes son, no la característica definitoria. Esta perspectiva anima a otros a ver más allá de la discapacidad y reconocer la plena humanidad de la persona.
Promoviendo la dignidad y el respeto
El lenguaje en primera persona es un paso crucial para promover la dignidad y el respeto de las personas con I/DD. Ayuda a desmantelar estereotipos dañinos y reduce el estigma asociado con las discapacidades. Al elegir cuidadosamente nuestras palabras, afirmamos el valor y la valía de cada persona, independientemente de sus capacidades.
El lenguaje en primera persona es esencial en entornos profesionales como la atención sanitaria, la educación y los servicios sociales. Demuestra respeto por el individuo y establece un tono de inclusión y empatía. Cuando los profesionales utilizan constantemente el lenguaje en primera persona, puede mejorar significativamente la calidad de las interacciones y el apoyo brindado a las personas con I/DD.
El movimiento para acabar con la palabra "R"
Otro aspecto crítico del lenguaje respetuoso en la comunidad IDD es el movimiento para poner fin al uso de la palabra "R". Históricamente, el término "retrasado" se utilizó en contextos médicos y educativos para describir a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, con el tiempo, se ha convertido en un insulto despectivo e hiriente, que a menudo se utiliza para degradar y ridiculizar a las personas con discapacidad.
Los orígenes del movimiento
El movimiento para eliminar la palabra "R" comenzó como un esfuerzo de base de personas con discapacidades, sus familias y defensores que reconocieron el impacto dañino del término. Este movimiento cobró un impulso significativo con la campaña “Difunda la palabra para acabar con la palabra”, lanzada por Olimpiadas Especiales y Best Buddies en 2009. La campaña tenía como objetivo crear conciencia sobre los efectos nocivos de la palabra “R” y alentar a las personas a comprometerse a deja de usarlo.
El impacto de la palabra "R"
La palabra "R" no es sólo un término obsoleto; es una fuente de dolor y estigma para muchas personas con I/DD. El uso de esta palabra continúa con los estereotipos negativos y refuerza la idea de que las personas con discapacidad son menos valiosas o menos capaces que otras. Puede generar sentimientos de vergüenza, exclusión y baja autoestima entre aquellos a quienes se dirige este lenguaje.
Promoción y cambios legislativos
Los esfuerzos de promoción para eliminar la palabra "R" han dado lugar a cambios significativos tanto a nivel social como legislativo. Muchas organizaciones, incluidas escuelas, proveedores de atención médica y medios de comunicación, han adoptado políticas contra el uso de la palabra "R". Además, legislación como la Ley Rosa, promulgada en Estados Unidos en 2010, reemplazó el término “retraso mental” por “discapacidad intelectual” en las políticas federales de salud, educación y trabajo.
Promoviendo un lenguaje respetuoso
Poner fin al uso de la palabra "R" es parte de un compromiso más amplio para promover un lenguaje respetuoso e inclusivo. A continuación se muestran algunas formas de apoyar este movimiento:
- Comprométase a dejar de usar la palabra "R": Únase a los miles de personas que se han comprometido a eliminar la palabra "R" de su vocabulario. Animar a otros a hacer lo mismo.
- educar a otros: Comparta información sobre por qué la palabra "R" es dañina y la importancia de usar un lenguaje respetuoso. Participe en conversaciones con amigos, familiares y colegas para crear conciencia.
- Apoyar los esfuerzos de promoción: Involúcrese con organizaciones que abogan por los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad. Apoyar sus campañas e iniciativas para promover el lenguaje inclusivo.
- Guia con el ejemplo: Utilice constantemente un lenguaje respetuoso en sus propias interacciones y corrija suavemente a los demás cuando utilicen la palabra que comienza con R. Modela el cambio que quieres ver en la sociedad.
El movimiento para poner fin a la palabra "R" es un componente vital para fomentar el respeto y la inclusión de las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo. Podemos crear un mundo más compasivo y comprensivo eliminando el lenguaje dañino y promoviendo el lenguaje en primera persona. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en este movimiento: al elegir cuidadosamente nuestras palabras, educar a otros y abogar por el cambio, podemos marcar una profunda diferencia en las vidas de quienes integran la comunidad con I/DD. Utilicemos un lenguaje que eleve y respete a cada individuo, reconociendo su valor inherente y sus contribuciones únicas.
Empoderar la propia identidad
El lenguaje juega un papel fundamental en la identidad propia de las personas con I/DD. Cuando las personas que los rodean usan un lenguaje en primera persona, refuerza su sentido de autoestima y autonomía. Les permite verse a sí mismos primero como individuos, siendo sus discapacidades solo una parte de su identidad.
La adopción del lenguaje en primera persona también beneficia a las familias y a los cuidadores. Fomenta un enfoque más positivo y respetuoso del cuidado, fomentando relaciones más fuertes y de mayor apoyo. Las familias pueden apreciar mejor las cualidades y contribuciones únicas de su ser querido al enfatizar primero a la persona.
Pasos hacia una sociedad más inclusiva
Adoptar el lenguaje en primera persona es una forma sencilla pero impactante de contribuir a una sociedad más inclusiva. A continuación se presentan algunos pasos para ayudar a integrar este enfoque en las interacciones cotidianas:
- Edúcate a ti mismo y a los demás: Aprenda los principios del lenguaje en primera persona y comparta este conocimiento con amigos, familiares y colegas.
- Practica consistentemente: Haga un esfuerzo consciente por utilizar el lenguaje en primera persona en todas sus interacciones, tanto personales como profesionales.
- animar a otros: Corrija y guíe suavemente a los demás cuando utilicen un lenguaje que no sea el primero en la persona. Anímelos a adoptar un lenguaje más respetuoso e inclusivo.
- Abogar por el cambio: Apoyar políticas y prácticas que promuevan el uso del lenguaje en primera persona en organizaciones e instituciones.
El lenguaje es un reflejo de nuestros valores y actitudes. Al adoptar el lenguaje en primera persona, damos un paso significativo hacia una sociedad más respetuosa e inclusiva para las personas con IDD. Nos recuerda que debemos ver a la persona primero, reconocer su valor inherente y apreciar sus contribuciones únicas. Comprometámonos todos a usar nuestras palabras para elevar y empoderar, fomentando un mundo donde todos sean valorados por quienes son.
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